Ciclo Carmilla. Parte 3 de 3

Seguimos, y acabamos, con este pequeño ciclo que he hecho de adaptaciones de Carmilla.

En 1977 en México, Juan López Moctezuma rueda una particular versión de Carmilla mezclándola con el Marques de Sade, el teatro del pánico, el horror gótico y lo que ese buen señor tuviera en la cabeza.

Alucarda, Juan López Moctezuma, 1977

Dos chica se conoce en un internado. Por un lado Justine (Susana Kamini), inocente, pura y confiada. Por el otro, Alucarda (Tina Romero) que desde el primer momento es algo extraña. Se hacen amigas inesperables y después de un paseo por el campo, el encuentro con un extraño gitano que les habla en enigmas y el hallazgo de unas viejas ruinas empiezan a cambiar y...


Creo sinceramente que para disfrutar del todo de esta película hay que olvidar criterios tradicionales de valoración cinematográfica; conceptos como montaje, guión, planificación, etc., se echan a un lado ante una cinta como ésta. Moctezuma no estaba interesado en hacer una película tradicional con su inicio, nudo y desenlace, sus tomas bien encuadradas y técnicamente irreprochable (es irregular, los escasos medios se notan, no hay una secuencia lógica en escenas o actos), si no que buscaba la fuerza de la imagen, la pesadilla del conjunto, unas interpretaciones exageradas, una pista de sonido enervante, para acabar construyendo  una pesadilla sensorial donde se mezcla el horror gótico, la literatura de Sade, el imaginario del terror mexicano (por mucho que no le gustara) y, sobre todo, satanismo.

Lo de Carmilla y Sade es lo de menos. Aquí encontramos una historia de posesiones diabólicas, vampiros reformulados, nunexplotation, venganzas sobrenaturales...


La película es un sobrecogedor espectáculo visual donde prima la fuerza de la imagen y la sensación de terror que da el conjunto; el pacto que cierran Justine y Alucarda con el diablo, la imagen de esas monjas cuyos hábitos semejan mortajas o vendas, la misa negra, Justine y la sangre, el regreso de Alucarda al convento...




Lo que más me fascina es la libertad del conjunto para crear algo que se advierte nuevo y único.

Aviso para navegantes, vamos a dar un salto muy bestia en todos los aspectos. No os mareéis.

Lesbian vampire killers, Phil Claydon, 2009


Hay que muy listo y muy bueno (léase Mike Myers) o amar y conocer mucho el género y los recursos que ofrece el cime y ser muy bueno (léase Shaun of the dead) para que el horror cómico o la parodia o la chorrada pura funcione. No es el caso de Lesbian vampires killers donde no funciona absolutamente nada.

No es lo suficientemente graciosa.
No es lo suficientemente sexi.
No es lo suficientemente sangrienta.

Su humor es zafio y vulgar (y que conste que siempre estaré a favor del humor zafio y vulgar), pero sin gracia. Con el ingenio de los chistes salidos que escribía con catorce años.

- Hacemos que las vampiras exploten en un liquido blanco que parezca semen y así...
- ... parecerá que se corren encima de los protagonistas!
- Jo jo jo
- Ja ja ja
- Tío, es que me lees la mente.
- Y que las vampiras sean lesbianas.
- Cómo molan las lesbianas...
- Y que las mate una espada con forma de polla.
- Es lo que necesitan; un buen rabo que les pase las tonterías.
- Pero que se morreen y se toquen las tetas
- Sí, eso sí, lo pide la historia.
- Y...

Bueno, lo pilláis, ¿no?


Y todo al servicio del inexplicablemente popular James Corden y de otro tipo que paso de recordar.


Lesbian Vampire Killers quiere mirarse en el espejo de Shaun of the dead, pero el modelo le queda muy grande y se estrella en todos los frentes. No es graciosa, es fea de cojones, los personajes vampíricos son ridículos y lo único que hacen es sacar pecho y moverse de forma espasmódica, los chistes se basan en "quiero follar", "son lesbianas no quieren follar conmigo", "estoy tocando la teta a una vampira vieja y fea", "mira tiene forma de polla" y más parece que mire con desprecio al género de la comedia de terror y el cine de vampiro que con conocimiento y amor, que son la base de cualquier buena parodia.

Ya está. No vale la pena perder más el tiempo con esto.

¿Y Carmilla? Es la reina de los vampiros que quiere dominar el mundo convirtiendo a todas las mujeres en vampiras lesbianas y matar a los hombres y, claro, esto sería muy malo y hay que impedir que las lesbianas se extiendan por la tierra. En serio, vamos a dejarlo.

Styria, Mauricio Chernovetzky y Mark Davendorf, 2014


Un antiguo castillo / balneario abandonado lleno de termas naturales, inquietantes murales y un precioso bosque húngaro. La Hungría comunista de los años ochenta con su oscurantismo, su miseria y su opresión. Buenos y correctos actores. Algunas ideas visuales muy atractivas e interesantes (la aparición de las muchachas por la pared en los últimos compases de la película, por ejemplo) y una traslación del texto de Le Fanu donde se reconocen los elementos, pero están bien modernizados para extraer una reflexión sobre la locura, la maldad y los fantasmas, muchos y variados, que tiene el final de la adolescencia.


Lástima, de verdad, lástima que los responsables de Styria no supieran muy bien qué hacer con estos elementos y la película acaba siendo tan aburrida, tan lánguida en el peor sentido de la palabra y con un acabado visual con pretensión artística y poética lastrado por excesivos filtros azules y, en ocasiones, ese acabado tan feo que da la grabación digital.

Se adapta bien el texto clásico y se crea una Carmilla (muy bien Julia Pietrucha) hermosa, malvada, manipuladora y que representa toda la oscuridad que lleva la protagonista con ella; la lucha que hay en Lara (Eleanor Tomlinson) entre la cordura y la locura, entre la realidad y un lugar de ensoñación, entre la atracción por Carmilla y el complicado amor hacia su padre, el oscurantismo rural con sus supersticiones, los abusos del sistema autoritario, la libertad que supone la maldad pura ante la opresión social y política, etc.


Pero como he dicho nada se lleva por el camino correcto. Es de esas películas que mientras la ves solo puedes pensar que la cámara no está en el sitio correcto, por qué si tienes a unas vampiras saliendo de una pared entre agua y sangre no lo explotas y se cierra el plano hasta no entender qué pasa, por qué tanta oscuridad en momentos íntimos y, sobre todo, por qué las escenas oníricas tienden a parecer del peor vídeo arte.

Se podrá aducir temas de ajustado presupuesto, etc., pero creo que es más no pillar muy bien el material que se tiene entre las manos y dejarse llevar por demasiadas ínfulas artísticas que no casan con la historia. Una pena porque Styria tiene cosas buenas, interesantes y aprovechables; destellos que hacen creer que lo tenía todo para algo bueno.

Lástima, no pudo ser.


Y con Styria acabamos.
Se han quedado por el camino películas como La cripta e l'incubo (1964), Lust for a vampire (1971) o la más reciente adaptación, Carmilla (2019), porque no las he encontrado, porque la copia era infecta o por los motivos que sean. Quedan emplazadas a un próximamente. También corre por estos mundos alguna tvmovie de los noventa, pero será complicado encontrarlas.

¿Alguna conclusión? Primero la cantidad de buenas películas que ha dado el texto; prácticamente todas. Lesbian vampire killers no se puede considerar una adaptación y Styria, aunque fallida en muchos aspectos, es interesante. El resto, oro. Y tan diferentes entre ellas, pero con tantos puntos en común y temas más allá del texto de Le Fanu:

la locura como tema recurrente en Et mourir du plaisir, Vampyr, Le'ts scare Jessica to death o Alucarda,

la presencia de Carmilla o su influencia vampírica como liberador de pasiones, como resquicio de libertad ante la opresión del sistema moral, religioso y patriarcal (como bien demuestran las dos película de la Hammer, The vampire lovers y Twin of evil) o la preciosa La novia ensangrentada.

Como la presencia de este personaje, de una mujer vampira libre y consciente de sus deseos y gusto la normalidad se convierte en una amenaza nada disimulada hacia la masculinidad y el poder hegemónico del hombre; figuras masculinas desplazadas como Simon Andreu en La novia ensangrentada o esa turba de fanáticos en Twin of evil que ven un peligro en mujeres que viven solas sin rendir cuentas nadie.

Y en momento como el actual, con su lucha feminista, antipatriarcal, de retroceso en derechos que se creían consolidados, un mito como Carmilla me resulta interesante y necesario; un revulsivo, un acicate que rompe la normalidad y pone sobre la mesa deseos y apetitos que el sistema patriarcal no quería reconocer en las mujeres.

BOLA EXTRA

Carmilla, la web serie, 2014 - 2016


Advertencia, no la he acabado de ver, pero me apetece hablar de una adaptación diferente de Carmilla, pero que acaba resultado una de las más fieles en espíritu y de la más divertidas (lo que es un descanso después de la gravedad de casi todas las restantes).

Una joven en una universidad y una nueva, y extraña compañera de habitación llamada Carmilla (estupenda Natasha Negovanlis). La web serie, hasta donde he podido ver, apuesta por el misterio, el humor y el aire de comedia romántica en su vertiente más luminosa, fresca y divertida. Capítulos muy cortos, romanticismo, humor, referencias...


una química muy especial entre las protagonistas y un excelente grupo de sencundarios que dan un producto fresco y adictivo.


Y a mí, como fan declarado de la comedia romántica de instituto, me encanta.

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