Lo más destacado, que no necesariamente lo mejor, de 2022

Y aquí está. La lista de lo más destacado del año. No lo mejor que he visto, pero sí lo que más recuerdo, sorprendido, divertido y gustado. Y en un año como el 2022 que ha sido tan duro en un nivel personal, el cine vuelve a confirmarse como refugio para los malos momentos. El cine de todas las épocas y Star Trek. 

Va para largo.

Appasionata, Gianluigi Calderona, 1974


Cine de explotación erótico disfrazado de psicodrama sexual. En verdad es bastante aburrida, pero se justifica verla por Ornella Mutti y momentos de belleza estética. Y, sí, por el morbo. Los que hablan hoy en día de propuestas radicales y turbadoras, deberían mirarse un poco más lo que los italianos hacían en los setenta. Luego hablamos.

Island of the lost souls, Erle C. Kenton, 1932


Imposible cansarse de sus sombras, de su perverso erotismo, de la violencia. La veo cada año.

Orgullo, Manuel Mur Oti. 1955


Y en 1955 Mur Oti hace un western ganadero ambientado en el valle de Riaño de León. Un impresionante despliegue humano y técnico para una historia que hemos visto un montón de veces, pero con esa belleza, esos planos, esos sentimientos, ¿qué importa el argumento?

Detenuto in attesa de giudizio, Nanny Loi, 1971


La commedia a l'italiana se encuentra con Kafka. Un pobre tipo encerrado sin saber por qué va dando tumbos por un sistema carcelario y judicial sin sentido. Alberto Sordi más grande que la vida. Sucia, angustiosa, fea. Inmensa.

La Otra, Roberto Gavaldón, 1946


Aparece Dolores del Río y el mundo se detiene. Un melodrama noir divertídisimo lleno de juegos, giros y sorpresas con sentido gracias a un guion de hierro. De esas películas que se aman.

Vogliamo i colonnelli, Mario Monicelli, 1973


Cruelísima y negrísima sátira política sobre un inteligente guion. La prueba que se puede hacer cine político sin dar el coñazo. Divertida, ácida y demuestra eso de que los fascistas son en el fondo profundamente imbéciles y que los que nos deben dar miedo son los que se disfrazan de demócratas y pasan desapercibidos a la espera de actuar. Su formato de falso documental es sencillamente perfecto.

Le trou, Jacques Becker, 1960


Cine carcelario seco y estilizado. Se desprende de todo lo que no sea necesario. Sin efectismos ni tonterías. A plano fijo y sufrimiento. Y se sufre.

La grande vadrouille, Gérard Oury, 1966


La comedia popular francesa. Un exitazo en su momento y que sigue funcionando como un reloj. Además, y no lo he leído por ahí, tiene dos escenas que Tarantino casi calcó en sus Malditos bastardos. Louis de Funes tendrá siempre mis respetos y cariño.

Intolerance, David W. Griffith, 1916

Intolerance es más grande que el cine. Ciento y pico años después de su estreno sigue siendo más radical, innovadora y rupturista que mucho de los que se estrena hoy en día. Es el pilar donde se construyó el cine y sus escenas de acción es de lo más trepidante que he visto este año. ¿Qué soy un viejo? Me da igual.

La bestia debe morir, Roman Viñoli Barreto, 1952


Noir preciosísismo e inmenso.
Y ni Pacinos ni Brandos. Narciso Ibáñez Menta les da sopas de honda a todos esos y demuestra que cualquier lista de mejores actores de la historia donde él no salga es una lista de mierda.

La corte de faraón, José Luis García Sánchez, 1986


Repartazo de cómicos y la música del maestro Vicente Lleó. No se necesita nada más para arreglar un día de mierda. Nunca estuvo la música española más cerca de Offenbach que en esta zarzuela.

The phantom thread, Paul Thomas Anderson, 2017


Vale, voy tarde (como en casi todo). Bellísimo melodrama tóxico. Es de esas películas que creo no tienen un mal plano o algo que no sea lo más cercano a la perfección.

Mafioso, Alberto Lattuada, 1962


Comedia mafiosa y negrísima sobre deudas. Alberto Sordi es ese pobre tipo envuelto en algo que le viene grande. Es de esas comedias italianas con las que ríes y sonrías hasta que te da una santa hostia y se te congela todo.

Straight time, Ulu Grosbard, 1978


Una de las mejores películas de género negro que he visto este año. Un retrato amargo y triste de un perdedor que parece empeñado en boicotear sus propios pasos. Como dijo Doctor Insermini en su podcast de Vigilante, si alguien quiere ver lo grande que fue el cine americano de los setenta solo tiene que recorrer lo que hizo Dustin Hoffman en esa década y deslumbrarse. Luego hizo Rain Man y la historia cambió.

Licorice Pizza, Paul Thomas Anderson, 2021


La felicidad. Nada más y nada menos.

Canciones para después de una guerra, Basilio Martín Paino, 1976


Destila una mala lecha maravillosa y su autopsia de las costuras, hipocresías y miserias del franquismo es fantástica. Música y un montaje prodigiosos en un continuo diálogo irónico y revelador. Hay momentos que se ven con el corazón encogido.

Straight on till morning, Peter Collison, 1972


Cinta de horror británico sobre la belleza, la soledad y el amor. Tiene una de las escenas más malsanas y angustiosas que he visto este año. Muy fan de esta cinta y de lo que se hizo en Inglaterra esos años. Quiero más.

Hester Street, Joan Micklin Silver. 1975


Joan Micklin Silver es la directora de una de mis películas favoritas (Chilly Scenes of Winter, 1979), de una de mis comedias románticas favoritas (Crossing Delancey, 1988) y ahora es la directora de una de mis películas favoritas de inmigrantes judíos. Y sale Carol Kane. Y si en una película sale Carol Kane, ésta es mejor.

Conte d'eté, Eric Rohmer, 1996
Le rayon vert, Eric Rohmer, 1985



Para mí Rohmer es el verano y el verano es la felicidad. Cuando llegan los calores, sale Rohmer y me siento en casa entre esos personajes que buscan, hablan, conversas y se encuentran y no se escuchan, no se comprenden, no encuentran nada y siguen dando tumbos.

Swimming pool, François Ozon, 2003


François Ozon es el director actual que más me interesa del que menos películas he visto y sigo sin entender muy bien el motivo. Sea como sea, y muy tarde, llego a este perverso cuento de verano al borde de la piscina que reflexiona sobre los tramposos mecanismos de la ficción y el relato. Divertidísima.

C'eravamo tanto amati, Ettore Scola, 1974


Otra muestra de comedia italiana que ves con una sonrisa hasta que la realidad, y la traición a los sueños e ideales de la juventud, te dan una hostia. Stefania Sandrelli es un milagor y mi animal totémico del año.

Menschen um sonntag, Robert Siodmak y Edgar G. Ulmer, 1930


La nouvelle vague, el free cinema, el cinema novo brasileño en plena Republica de Weimar. La alegría y la belleza de la juventud y los coqueteos y amores. Y el verano.

Coney Island, Roscoe Arbuckle, 1917


Una de las más felices ideas de este año es ponerme a ver los antiguos cortos de Fatty Arbuckle. La explosión de violencia, humor físico, atentados contra la autoridad... Es el padre de todos y visto siglo y pico después sigue siendo un genio de ese humor sutil como un ladrillazo en la cara.

One week, Buster Keaton, 1920


La otra idea genial y derivada de la anterior fue ponerme con los cortos de Buster Keaton. Realmente no ha habido ni seguramente habrá alguien igual en la comedia. Las ideas, el ritmo, la forma... las carcajadas de mi hija de seis años viendo alguno de sus cortos han sido el mejor sonido de este año.

Mais ne nous delivrez pas du mal, Joël Seria, 1971


Al satanismo por el aburrimiento burgués.
Me gustaría ver a algunos de los que se rasgan las vestiduras por lo políticamente incorrecto que es Friends enfrentarse a la malsana propuesta de Joël Seria y su mezcla de turbador erotismo, violencia e inquietante belleza. Cine de la crueldad que solo se daba en los setenta. Y sin pedantarías ninguna.

Profumo di donna, Dino Risi, 1974


Una de esas tristes y cínicas comedias que se marcaron en los setenta Dino Risi y un inmenso Vittorio Gassman. Una historia hacia la desesperación y a ninguna parte. Una huida hacia adelante, al hedonismo, la vulgaridad y la crueldad para fingir que se sigue vivo. Del remake de los noventa que perpetró el engendro ese de Pacino mejor no hablar.

Gimme Shelter, Albert Maysles, David Maysles y Charlotte Zwerin, 1970


Película que empieza como un magnífico documental musical y acaba como una película de terror. Cuando el horror se cuela en lo cotidiano. El final del verano del amor.

Io la conoscero bene, Antonio Pietrangeli, 1965


Una de las películas del año. 
Tristísima y desoladora. Stefania Sandrelli poniendo un disco de vinilo con el pie (ya he dicho que es un milagro). Ugo Tognazzi esplendido en una escena llena de patetismo y crueldad. Franco Nero guapísimo y vulnerable. La Roma nocturna de los sesenta. Un blanco y negro preciosísimo. Un no argumento. Y Mina cantando E se domani.

X, Ti West, 2022


Es tan bonita y me lo pase tan bien que se queda conmigo para toda la vida.
A Britanny Snow le ponía un quiosco de pipas en la Gran Vía.

Everything Everywhere All at Once, Dan Kwan y Daniel Scheinert, 2022


Es tan bonita y ridícula y absurda y tierna y divertida y frenética y... que se queda conmigo para toda la vida.

Desert Hearts, Donna Deitch, 1985


Comedia melancólica sobre el dolor y querer solo un abrazo. Es una de esas películas que no entiendes qué no la conozca y la ame todo el mundo y a la vez no quieres que nadie la conozca.

Quelle strange occasioni, Luigi Magni, Nanni Loy, Luigi Comencini, 1976


Mis dos animales totémicos y espirituales del año, juntos. Alberto Sordi y Stefania Sandrelli. Por ellos dos y la historia que protagonizan vale la pena ver esta cinta de episodios. La sorna, el cachondeo, el cinismo y cómo sacar el máximo de jugo posible a un ascensor. Las otras dos historias, pues... la primera es bastante mala. La segunda, bien por un brillante Nino Manfredi aunque lo que va a pasar ya nos lo sepamos.

Night of the comet, Thom Eberhardt, 1984


La belleza y la diversión total.

Irma Veep, Olivier Assayas, 1996


Maggie Cheung en una comedia sobre lo ridículo, absurdo y maravilloso que es de hacer cine. Ya está.

Le temoin, Jean-Pierre Mocky, 1978


Joya del cine europeo con dos monstruos como Alberto Sordi y Philipe Noiret. Comedia negrísima con muerto. Los poderosos, ya se sabe, son unos hijos de puta. Gracias a Doctor Insermini por pasarmela.

El camino, Ana Mariscal, 1963


No me gustan las películas sobre el tránsito de la infancia a la madurez y demás bla bla bla, pero de vez en cuando aparece una que sí. El camino es una pequeña joya sensible y tierna. Una mirada a la infancia sin paternalismos ni condescendencias.

Il Posto, Ermanno Olmi, 1961


La otra película de la año. La vida en toda su sutil crueldad y como sin quererlo cambiamos nuestros sueños por una lámpara que no funciona bien. Obra maestra es poco para hablar de la película de Olmi.

Letter never sent, Mikail Kalatózov, 1960


El cine de Kalatózov es otra cosa. Aquí hay algo más grande. A parte de lo obvio de ¿cómo coño pudieron rodar ciertas escenas? (pues quemando un bosque es la repuesta y preocupándose poco por los actores, es la respuesta) su cine es la superación por la vía del cine total de la propaganda política.

Crush, Sammi Cohen, 2022


¿De verdad pensabais que no os ibais a encontrar una comedia romántica adolescente en esta lista? ¿Es que no me conocéis a estas alturas? Pues Crush es lo de siempre contado de la misma forma y por eso está aquí. Es simpática, sencilla, mona, tópida y divertida. Pues ya está.

Operazione paura, Mario Bava, 1966


Bava puro en un cuento gótico maravilloso. 
Esa niña...

RRR, S. S. Rajamouli, 2022


A mí el cine de propaganda me lo tienes que vender así, por el absurdo elevado a la enésima potencia. Acción por todos lados, tíos cachas, chicas guapas, animales salvajes, más acción sin sentido, que toda escena sea un clímax final de otras películas y canciones. Así me vendes lo que quieras.

Not Okay, Quinn Sherphard, 2021


Sorpresa. Comedia negra con final amarguísimo que hace que sea mejor de lo que hasta ese momento parecía. No hay redención. No hay perdón. Vive con ello. Madura.

Strait Jacket, William Castle, 1964


Si no amas a William Castle no podemo ser amigos. Una locura maravillosa. Explotación de Psicosis con personalidad propia y la  Joan Crawford desatada que amamos. Y, lo siento, cada vez que veo una peli de Castle pienso en Lynch. Su Blue Velvet debe mucho a este barrio. 

Último deseo, Leon Klimovski, 1976


Cine de explotación que mira tanto a Romero como a El día de los trífidos como al cine apocalíptico de terror nuclear. Un grupo de tipos que se disponen a pasar un fin de semana de orgía y viene el fin del mundo. La supervivencia, el egoísmo, los privilegios. Hay más ideas interesantes en esta película que en muchas filmografías y todos sus posibles "peros" me dan igual. Además, sale Nadiuska.

Carne apaleada, Javier Aguirre, 1978


Drama carcelario con una impresionante Esperanza Roy. Dura. Aquí hemos venido a pasarlo mal. Esto también es cine de terror.

Dance Hall, Charles Crichton, 1950


Melodrama rodado como si fuera cine negro. El argumento no importa, solo las sombras. 

Do revenge, Jennifer Kaytin Robinson, 2022


La comedia petarda del año. Un mundo de fantasía donde los institutos parecen sacados del sueño húmedo de un decorador algo hortera, los adultos no existen y la directora del centro es Buffy. Abraza y se revuelca en la comedia de instituto en su faceta más histriónica y colorista y consigue una comedia negra psicopática sobre la popularidad y la identidad. Mucho mejor de lo que parece a primera vista, en serio.

Un cos al bosc, Joaquim Jordà, 1996


Con una sola frase te destruye. Cine negro desengañado y deprimente. Los poderosos, ya sabéis. Como he dicho en otro momento, esto también es cine de terror.

Girlfriends, Claudia Weill, 1978


Treintañera desubicada en crisis existencial. No me suelen gustar estas películas, pero Girlfriends sí. Pasa en el Nueva York de los setenta, Melanie Maynor está estupenda y tiene un tono irónico y triste maravilloso. Ideal para el otoño.

Les levres rouges, Harry Kümel, 1971


Psicodrama disfrazado de erotismo vampírico cuya moraleja es que los tíos son los peor y nada mejor que el vampirismo lésbico para quitarse tonterías, tabús y zarandajas de la cabeza. Es una orgía visual maravillosa.         

Lifeforce, Tobe Hooper, 1971


A mí no me engañan. Esta película está escrita por un adolescente de catorce años obsesionado por los pechos. Es una amalgama de géneros e influencias que roza el ridículo durante toda la película (y cae en él en un par de ocasiones) que por pura alquimia acaba funcionando. Que al final el futura de la humanidad resida en la capacidad de aguante de un tipo a tirarse a Mathilda May es muy gracioso. Ya os digo que yo no aguanto y que el mundo se vaya a la mierda.                       

Suspiria, Dario Argento, 1977


No la había visto hasta ahora. No me odiéis.
Y sí, todo lo que se dice de ella es poco porque a pesar de haber leído mucho sobre esta película, de conocer el argumento y escenas de memoria pese a no haberla visto, cuando por fin me pongo con ella me encuentro con algo totalmente distinto. Y en esto reside eso de ser una obra maestra, ¿no?

The witch, Robert Eggers, 2015


Me encantan esas películas donde el Mal está tanto dentro como fuera.
Y los bosques.

Black Christmas, Bob Clark, 1974

Ésta me pilló por sorpresa. Sabía que me iba a gustar, pero no sabía que me iba a gustar tanto. Y que sería tan inquietante y daría tanto miedo. Y que era tan jodidamente bonita. Y deprimente. Todo en ella está bien.

Un flic, Jean Pierre Melville, 1972


Hay una escena que dura unos veinte minutos de un ataque a un tren casi a tiempo real. Es tensa y agotadora y solo ese momento vale por toda la filmografía de directores con Óscar (y sí, pienso en Ron Howard). Catherine Deneuve y Alain Delon están demasiado guapos. Dan rabia.


I bought a vampire motorcycle, Dirk Campbell, 1990

La película te promete una moto vampiro y la película te da una moto vampiro. Comedia de terror realmente divertida que se sabe y se siente una chorrada y que no engaña. Además, hay una pelea entre un zurullo y el protagonista y eso no se ve en una película todos los días.

Beyond the infinite two minutes, Junta Yamaguchi, 2020


Es una monada. Una cinta de ciencia ficción de viajes en el tiempo y bucles hecha con toneladas de ingenio y dos duros. Dos escenarios, un puñado de actores entregados a la causa y muchas ganas de pasarlo bien.

It follows, David Robert Mitchell, 2014


Me gusta ver las películas del año o los grandes hypes del momento seis o siete años después, cuando el ruido ha pasado y se puede ver sin interferencia ni ruido. No diré nada nuevo. Solo que sí, da miedo, funciona en mucho niveles, es muy bonita y lo que sea que persigue nos persigue a todos.

The intruder, Roger Corman, 1960


Es tan actual que da mucho miedo. Y si, también es cine de terror.

Sorority Row, Stewart Hendler, 2009


Es muy divertida, tiene algunas buenas muertes, mantiene el tipo todos los minutos, ellas están muy bien, es tensa, quiere ser más que un simple remake de un clásico de culto (y la película de 1983 es de culto además de estar muy bien y ser una preciosidad) y lo consigue.

Slaxx, Elza Kephart, 2020


Pantalones vaqueros asesinos que matan a influencers. No sé, a veces el cuerpo no te pide otra cosa.

The thing, John Carpenter, 1982


La perfección existe.

Reazione a catena, Mario Bava, 1971



Otro clásico que no había visto hasta ahora. Y no defrauda. Una absurda e innecesariamente complicada trama inmobiliaria como excusa para maravillosos asesinatos. Otra de esas películas donde lo que menos importa es el argumento o si las interpretaciones son más o menos ajustadas o lo que sea. Aquí hemos venido por otras cosas. Y entre ellas, la Belleza gótica y cruel de la cinta.

Shadow in the cloud, Roseanne Liang, 2021


Es una tontería inmensa, pero también es divertidísima y tiene un espíritu de serie B pasado de rosca, una concepción festiva y absurda de la acción, dura setenta minutos y sale un monstruo. A veces no quieres y necesitas más que esto.

Y hasta aquí. He visto mucho más (según letterboxd, casi 340 películas) y mucho bueno como The manchurian candidate, Behind the mask, The talented Mr. Ripley, Armageddon y muchas otras. Pero no se puede poner todo. Espero que alguna de ellas os despierte la curiosidad. Y veremos si en el 2023 este blog tiene algo más de vida y continuidad.


Comentarios

  1. ¡Hombre, por fin alguien se acuerda de Queremos los coroneles! vi esta peli hace muchísimos años, cuando daban cosas así en TVE, y aluciné. Ese asesor que mandan los griegos, mutilado a lo Millán Astray, que se llama... Automátikos!

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    1. Me entristece que películas tan buenas y divertidas como ésta acaben olvidadas y arrinconadas. Para mí ha sido un descubrimiento inesperado. No sé qué esperaba al verla, pero lo que vi, no

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  2. Mi cultura cinematográfica da vergüenza, así que estas listas serán una fuente de ideas para cuando me apetezca ver algo fuera de las modas. Te agradezco que haya películas de todas las épocas, incluidas algunas recientes, porque a veces parece que las listas van de un extremo a otro: o solo se centran en lo actual, o cualquier tiempo pasado fue mejor. Me gusta la variedad, como al leer.

    Ahora tendrías que animarte a hacer la de libros :).

    ¡Feliz año!

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