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Mostrando entradas de abril, 2021

Crónica de (otro) Sant Jordi, primero normal de la era Post-Covid

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Los que me leen desde hace años saben que una de las pocas tradiciones que sigo es la de hacer una pequeña crónica de cómo ha ido Sant Jordi. Para lo que no lo sepan, trabajo (y, para mi condena, soy) librero y cada abril, cual Átila cruzando los Alpes hasta las cejas de setas alucinógenas, llega el día de Sant Jordi con sus rosas, sus paradas de libros en la calle, su descuento, sus listas de libros mediocres más vendidos, sus libreros quejosos, autores que solo buscan que alguien les hagan mimitos, colas interminables y toneladas de cansando. Vamos, un buen día. Todos los preparativos no, pero el día en sí, es realmente bonito. Si queréis leer las anteriores las podéis encontrar repartidas entre dos de mis abandonados blogs, pero siempre con posibilidades de resucitar si la pereza, esa amante cruel, me libera de sus tentáculos. Aquí y aquí . Este Sant Jordi era especial. El año anterior no pudo celebrarse por aquello de estar en casa encerrados por un virus (¿os suena?) y en julio s

La decente, Álvaro Saenz de Heredia, 1971

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Ésta será una de mis imágenes cinematográficas del año: la maravillosa Josele Román convertida en (im)perfecta coartada de un superado López Vázquez. La decente (Sáenz de Heredia, 1971) es una divertida comedia de enredo que se beneficia del texto de Miguel Mihura y de un reparto de lujo empezando por los mencionado, Alfredo Landa, Concha Velasco o la inmensa Julia Caba Alba, una de las mejores actrices de la historia y que debería salir en todas las películas para hacerlas mejores. Se suele hablar de la comedia de esa época con arraigo popular de forma despectiva (españolada, por ejemplo), pero no tiene nada que envidiar a lo que Funes hacía en Francia, Sordi en Italia o Lemon y Matthau en La extraña pareja (la verdad, La decente en particular y toda la obra de Miguel Mihura en general no tiene nada que envidiar a la obra de Neil Simon; más aún, creo que es bastante mejor). Tendrá sus peros (esos trinos de pájaros casi todo el rato como banda sonora provoca unos fuertes instintos ho

Espacios bondianos

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Goldfinger , Guy Hamilton, 1964 Fotografía: Ted Moore Dirección artística: Peter Murton

Five, Arch Oboler, 1951

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Mi película de semana santa ha sido un drama apocalíptico con un puñado de personas intentando construir algo parecido a una comunidad después de una guerra atómica. Muy triste, tensa, nórdica (esos primeros planos tan de Bergman), mucho vacío existencial y búsqueda de trascendencia. Estática e inquietante. Las calles vacías, el silencio y el saberse completamente solo. Rodada con cuatro duros y en la misma casa del director es puro cine independiente y de autor casi antes de que se inventaran estos dos términos. Su falta de medios redunda en la sensación de soledad y vacío. Actores poco conocidos y muy ajustados. No es una película de terror (así la definen en varios sitios) ni juega a la claustrofobia o a la degradación. Su camino va por otro lado; el ser humano y su relación con el entorno y los demás. La soledad, el pasado, la condena a repetir los errores...

The Brain from Planet Arous, Nathan H. Juran, 1957

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La belleza puede tener muy extrañas formas y una de ellas, y no la más extraña, puede ser la historia de un cerebro del espacio exterior cuya misión en la tierra es zumbarse a la protagonista. Y conquistar el mundo, pero lo primero es tener sexo salvaje con Joyce Medaows mientras ocupa el cuerpo de su prometido. En cuanto puede se abalanza, la lame, la toca y ella está como extrañada porque su prometido siempre había sido más apocado y calmado y no este sátiro que entre te agarro o no te agarro explota aviones y amenaza a militares. Luego descubre que hay un cerebro cachondo y salidísimo dentro de su prometido y las piezas le cuadran. The brain from Planet Arous es una maravillosa serie B con todos sus problemas y limitaciones, pero también con todo su descaro, caradura y delirio. Solo el circuito de cines de barrio y autocines podía alumbrar un producto como éste y que, además, acabara acumulando cierto culto entre los aficionados. Es barata y de escasos medios, pero los efectos está