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Mostrando entradas de marzo, 2020

Un repaso rápido y superficial a la saga Aeropuerto.

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Hace unos días, antes del confinamiento y el miedo, tuve la feliz idea de verme seguidas las cuatro películas que componen la saga Aeropuerto (hay una tv movie del 78, pero me dio una pereza terrible buscarla). Las vi en cuatro noches seguidas y la verdad es que pasé un rato la mar de entretenido con unas películas que son justitas, pero muy divertidas. Pero vamos al lío que esto será largo. La que lo empezó todo. Airport (1970) de George Seaton y Henry Hathawat (sin créditos). Adaptación de una novela de Arthur Hailey y reparto de estrellas encabezado por los talluditos Burt Lancaster y Dean Martin, una guapísima Jacqueline Bisset y la elegancia de Jean Seberg sosteniendo carpetas. Muchos secundarios de lujo, excelente ambientación y decorados, bonita fotografía y una primera hora que es un rollo porque aquí hemos venido a que el avión explote y no a que los personajes se tiren un buen rato hablando para explicarnos unas historias que, la verdad, nos interesan más bien poco

Olvida los tambores, Rafael Gil, 1975

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Olvida los tambores es bastante aburida. Tiene una buena, aunque algo monótona fotografía, un puñado de buenos actores y un texto interesante que en ocasiones peca de artificial. El problema es que no estoy seguro que la elección de un director como Rafael Gil fuera la mejor opción; un director con un puñado de buenas películas, pero terriblemente irregular en su larga filmografía (¿y qué director de cine español no lo es?). Creo que el texto de Ana Diosdado y su retrato de jóvenes músicos en la agonía franquista necesitaba un director más joven en estilo, más arriesgado y fresco; que lo acercada a un tardío free cinema que a plano general, plano medio, plano corto. Pero en el plano estético, oh amigos, qué maravilla. Una dirección aburrida se sublima por los anillos, los cuadros, el vestuario, los colores, Cristina Galbó poniendo margarina en pan de molde y muchísimos detalles que me mantuvieron enganchasísimo.