Un repaso rápido y superficial a la saga Aeropuerto.

Hace unos días, antes del confinamiento y el miedo, tuve la feliz idea de verme seguidas las cuatro películas que componen la saga Aeropuerto (hay una tv movie del 78, pero me dio una pereza terrible buscarla). Las vi en cuatro noches seguidas y la verdad es que pasé un rato la mar de entretenido con unas películas que son justitas, pero muy divertidas.

Pero vamos al lío que esto será largo.


La que lo empezó todo. Airport (1970) de George Seaton y Henry Hathawat (sin créditos). Adaptación de una novela de Arthur Hailey y reparto de estrellas encabezado por los talluditos Burt Lancaster y Dean Martin, una guapísima Jacqueline Bisset y la elegancia de Jean Seberg sosteniendo carpetas. Muchos secundarios de lujo, excelente ambientación y decorados, bonita fotografía y una primera hora que es un rollo porque aquí hemos venido a que el avión explote y no a que los personajes se tiren un buen rato hablando para explicarnos unas historias que, la verdad, nos interesan más bien poco.

Está todo aquí.
Todo. La estructura básica sobre la que se erigiría el género de catástrofes y que los estudios explotarían sin pudor ni vergüenza. Porque después de un avión y su difícil relación con una bomba, vendrían avalanchas, abejas, terremotos.... Areopuerto y sus diez nominaciones a los Oscars lo empezaron todo. El Poseidon lo encarriló y alcanzó su cúspide con el Coloso. A partir de ahí, todo fue cuesta abajo.

¿Y me gusta? A trozos y ratos. Helen Hayes como viaje timadora está muy divertida y Maureen Stapelton es una de esas actrices que deberían salir en todas las películas. George Kennedy hace de George Kennedy que es lo que queremos que haga. La primera hora se hace eterna y la segunda pasa mejor, aunque cuesta tomarse en serio a Dean Martin como abnegado copiloto mientras hace los mismos movimientos que en sus shows de Las Vegas. Es una película muy deudora del cine clásico y que no se adentra en la locura que dominará el género después.

¿Lo mejor? La pantalla partida.






Cada vez que la utilizaban me podíais ver aplaudiendo.

Y cinco años después...


Esta película es una puta chorrada. Muy divertida, pero una chorrada.
El año anterior se había estrenado El coloso en llamas y nada podía superar eso. Nada. A partir de ese momento todo cine catastrofista tenía que ser más grande, más espectacular, con más viejas estrellas a las que putear, más ruidoso, más imposible. Ninguna, pero, consiguió repetir el milagro alquímico de el Coloso.

Airport 1975 no se aguanta ni se sustenta por ninguna parte. Los actores están descolocados. No acabas de saber si estás viendo un drama de personajes, una película de acción, una comedia o una cruel parodía. Gloria Swanson se comporta como si fuera un biopic


y Charlton Heston se toma en serio este desbarajuste lo que es muy triste (es de esa etapa de Heston donde en cada aparición tenía que dejar claro que él era el más macho entre los machos).

Te estoy dejando embarazada con la fuerza de mi masculinidad.
Otra vez.

Lo mejor de la película es esto:


Karen Black porque esta mujer era un milagro y punto.


El encuentro de Myrna Loy con Jerry Stiller, Norman Fell y Conrad Janis. Aquí estaba el germen de una serie de televisión maravillosa; una viuda borrachina hereda una periodico venido a menos con tres periodistas borrachines e investigan crímenes. Myrna Loy sabe exacgtamente a qué está jugando en esta película y se lo pasa divinamente no haciendo nada.

Es la película que Airplane! (Aterriza como puedas, 1980) toma para hacer sus chistes más crueles (el transplante, la niña enferma y la guitarra, los planos de los pilotos, etc.) y toda su parte final es ridícula y terriblemente divertida. Además, tiene la famosa frase "La azafata está pilotando el avión".





Sí, la niña enferma es Linda Blair. Mini punto para Areopuerto 75.

Pasas un rato la mar de entretenido, por eso, aunque muchos momentos los vivas tal que así:


La película fue un exitazo así que dos años después...


Es la que más me gusta; la del avión bajo el agua y Jack Lemmon con bigote. Sigue la estela de ser absurda y algo ridícula, pero aguanta el tipo y consigue una sensación de claustrofobia muy encomiable.

Un atraco lleno de caras televisivas que sale mal, el avión en el fondo marino, agua por todas partes, matrimonios en crisis, un pianista al que se le cae el piano encima y das gracias porque se calla, Olivia de Havilland paseándose y a la que lanzan toneladas de agua encima, sale M. Emmet Walsh con lo que minipunto para Areopuerto 77 y James Stewart que no sabe muy bien qué hace. Y Jack Lemmon con bigote.










En serio, es una película perfecta para una tarde tonta de estar tirados en el sofá viendo sufrir a un montón de viejas glorias. Para mi sorpresa, la película funciona muy bien.

Y dos años después...


El género agonizaba y para acabarlo de rematar decidieron dar al mundo una nueva entrega.

Antes de seguir pido disculpas por la calidad de las capturas, pero la única copia que encontré fue una en youtube que tiene toda la pinta de ser un VHS.

Cuando uno se pone a mirar algo de cine catastrofista de los setenta sabe que se encontrará con dosis de locura, lagunas de guión (si es que hay alguno) y momentos delirantes que en inicio pretendían ser serios. Aeropuerto 79 juega en otra liga.

Nada, absolutamente nada tiene sentido en esta película.
La sola idea de que para eliminar a una periodista con documentos comprometedores lo mejor es manipular unos misiles ultra secretos del gobierno y volar todo el avión es demencial.


Los malos. 
Y que uno de ellos lleve las joyas por encima del jersey ya debería escamar que resulta que es el churri de la periodista, pero es perverso y... ¿a quién le importa?

Te presentan un montón de personajes que no importan y cuyas historias no concluyen. Alain Delon da cosita verlo en una de sus últimas oportunidades para entrar en el cine americano. Sylvia Kristel se pasea y está mona, pero en contra de las otras entregas donde el personaje de la asistente de vuelo es fundamental e importante, aquí no pinta nada. Los personajes toman decisiones porque sí y nada tiene consecuencias.


¿Un muerto en un apartamento? ¿Para qué va la policía a investigar?


¿Se nos ha escapado un misil gubernamental y casi mata a toda la tripulación del avión? Tú tira y que siga el vuelo.


¿Sale un ruso diciendo que lo que más le ha gustado de los Estados Unidos han sido los niños? Ni caso.


¿El niño recibe al final el trasplante o no? No importa. Que el misil no funciona, pues pon una bomba. Que llevamos una hora y cuarenta. Estrella el avión, que salgan todos y pon fin que bastante ha sufrido la gente con esto.

La película se estrelló (ja ja, lo siento) en taquilla y mató la saga.
Normal.
Para pasarlo bien con ella hay que estar curtido y tener una óptica desviada. La película iba en serio, los actores van en serio, pero nada funciona.

Ni George Kennedy arrimándose a Bibi Andersson en un momento homenaje al erotismo europeo soft de los setenta.

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