Hipnosis, Eugenio Martín, 1962


La figura de Eugenio Martín necesita una revisión y reivindicación como buen artesano que era y con la capacidad de tocar todos los palos; películas del oeste, piratas, terror, una con Julio Iglesias, detape... Más allá de sus títulos más conocidos como Pánico en el Transiberiano o Una vela para el diablo tiene títulos tan interesantes como esta Hipnosis; una de esas coproducciones europeas (en este caso Alemania, Italia y España) que se hicieron en los setenta con vista a abarcar el máximo de abanico comercial.

X mata a Y, pero las circunstancias culpan a Z. Así que X está tranquilo y aprovecha para arrimarse a A, la pareja de Y. Pero Y era ventrílocuo y tiene un muñeco que lo vio todo y parece que tiene la manía de aparecer y desaparecer a conveniencia. Y hay un poli que no lo tiene tan claro y...


Hipnosis es un sobrio y efectivo thriller con tintes sobrenaturales dirigido con la profesionalidad y elegancia propia de un magnífico artesano como fue Eugenio Martín. No hay florituras o momentos vacíos. Y se vuelve especialmente intensa en los momentos en los que coquetea con el terror y lo sobrenatural; cuando la acción se centra en el personaje de Jean Sorel (que como bien dijo Doctor Insermini en su podcast de Vigilante, parece una marca blanca de Alain Delon) y en las sombras de su casa, en la visita a la cantera o su encuentro con el boxeador (y falso culpable). Aquí la dirección de Eugenio Martín y la preciosa fotografía en blanco y negro de Francisco Sempre brillan y por las que la película se ha convertido en una pequeña cinta de culto para los aficionados al kimri alemán o a los proto giallos.


En cambio el tono con el que está dirigida toda la parte de la investigación del policía que interpreta Heinz Drache es completamente distinto. Jovial, divertido, luminoso, casi de comedia... y menos interesante. El contraste y cambio de tono entre los dos protagonistas es desconcertante; por momentos parecen dos películas distintas que se hayan encontrado en un accidente y se hayan fundido.

Y está Groto, claro.


Perteneciente a la misma familia que va desde Dead of night hasta Annabelle (sí, ya sé que es una muñeca, pero el efecto es el mismo) pasando por su primo de Magic.

Y algún día deberemos hablar en serio de figuras como Eugenio Martín y el respeto que se le tiene fuera de las fronteras españolas y el olvido dentro de ella; acceder a parte de su filmografía es un casi imposible mientras que en otros países se encuentra ediciones muy mimadas de gran parte de su obra. Y pienso, sobre todo, en los artesanos que se rompieron los cuernos haciendo cine de género en los sesenta, setenta y parte de los ochenta

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