Lo más destacado del 2020. Parte 2
Peppermint Frappé, Carlos Saura, 1967
Un, dos, tres... al escondite inglés, Iván Zulueta, 1970
Patty Shepard, diosa.
White dog, Samuel Fuller, 1982
Mi tío Jacinto, Ladislao Vadja, 1956
The story of Temple Drake, Stephen Roberts, 1933
Los primeros 55 minutos son maravillosos, especialmente todo lo que acontece en la casa con los contrabandistas; suciedad física y moral, violencia, crueldad... Y una gran belleza visual con el uso de las sombras, elipsis, etc. No era fácil adaptar Santuario de Faulkner, pero lo hicieron conservando parte de su perversa depravación humana. Dos años después esta película no se hubiera podido hacer.
Girl Asleep, Rosemary Myers, 2015
Black Dynamite, Scott Sanders, 2009
Los dinamiteros, Juan García Atienza, 1964
Aquarius, Michele Soavi, 1987
Este año he visto muy poco cine de terror. No sé si la situación tan rara en la que vivimos me hace buscar otro tipo de experiencias, si estoy digievolucionando en señorita victoriana o si tener una criatura de cuatro años revoloteando por casa me hace ser más prudente con lo que veo, el caso es que puedo contar con una mano las películas de este género que he visto. Entre ellas, Aquarius. Preciosa. Un slasher realmente bello. Y que esté ambientado en el mundo del teatro hace que me guste mucho más.
Unpregnant, Rachel Goldenberg, 2020
Mi película juvenil del año. Un viaje por carretera para abortar reconecta a dos amigas. Las elecciones, los miedos, la presión... sin moralinas ni hipocresía. Haley Lu Richardson es un puñetero milagro.
Dorian Gray (1970) / Cosa avete fatto a Solange? (1972) / La polizia chiede aiuto (1974)
Electra glide in blue, James William Guercio, 1973
Un tipo sin experiencia en el mundo del cine decide un buen día hacer una película. Rueda una epopeya sobre los falsos reflejos de la masculinidad; una demoledora destrucción del arquetipo del macho, una preciosidad visual y sensitiva, recoge sus cosas y no vuelve a hacer cine nunca más. Electra glide in blue es uno de esos regalos maravillosos que de vez en cuando nos hace el cine.
A sangre fría, Juan Bosch, 1959
La gata, Margarita Aleixandre, 1956
Embrujo, Carlos Serrano de Osma, 1948
He walked by night, Alfred L. Werker y Anthony Mann, 1948
Lo que empieza como una película propagandística sobre lo guay que es la policía de Los Angeles se acaba convirtiendo en una vibrante y fascinante caza del hombre llena de oscuridad (física y moral) y violencia.
Nigthmare Alley, Edmund Goulding, 1947
La venganza, Juan Antonio Bardem, 1958
Muerte de un burocrata, Tomás Gutiérrez Alea, 1966
Dames, Ray Enright, 1934
Spontaneus, Brian Duffield, 2020
La otra comedia adolescente del año. Explosiones espontáneas como metáfora sobre lo jodida que es la adolescencia.
The tales of Hoffman, Powell y Pressburger, 1951
Adaptación de la ópera de Offenbach. Tiene muchas cosas que me encantan, pero una d las que más es como prefigura el universo felliniano con todas esas imposibles fiestas llenas de imposibles invitados.
Lo sceicco bianco, Federico Fellini, 1952
La fantasía nos salva y nos condena.
Alberto Sordi debería considerarse patrimonio inmaterial de la humanidad.
The cat and the canary, Paul Leni, 1927 y The cat and the canary, Elliot Nugent, 1939
El remake como arte y puerta para ampliar universos. La misma obra teatral da dos películas muy distintas (una más orientada al terror y el misterio, la otra más hacia la comedia sofisticada), pero ambas maravillosas.
Satan's cheerleaders, Greydon Clark, 1977
Rosalie Blum, Julien Rappenaeu, 2015
La frase "comedia francesa contemporánea" puede provocar pesadillas. Hay excepciones. Rosalie Blum es una de ellas. Es una comedia cercana, íntima y tristísima sobre tres personajes perdidos.
Wind river, Taylor Sheridan, 2017
Valley girl, Rachel Lee Goldberg, 2020
Me había gustado mucho, pero en estos momentos el musical se me atraganta. Solo aguanto una película de ese género si a) está ambientado en el mundo del teatro y b) es una tontería contemporánea con coreografías que dan vergüenza. Valley girl pertenece a la segunda categoría y es tan tonta, pero tan colorista y desenfadada y treintañeros hacen de adolescentes y Alicia Silverston parece que actúa borracha siempre que sale, es corta y te divierte y consigue hacer olvidar que fuera, en la calle, el mundo es frío, cruel e injusto.
La cabina, Antonio Mercero, 1972
Y hasta aquí. Ha quedado largo. Dejo películas en el tintero porque ha sido un buen año en el aparato cinematográfico, pero es suficiente. Todo esto ya esta visto y se queda en el 2020. Ahora toca encarar un nuevo año y profundizar en el arte del remake, visitar secuelas que nunca se debieron hacer, abrirme a otros países y cinematografías, explorar más y mejor el género negro y la comedia, atreverme con el melodrama (que va a ser que no) y lo que vaya saliendo.
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