Lo más destacado de 2020. Parte 1

Que no quiere decir ni necesariamente lo mejor o lo que más me ha gustado, pero sí que en el momento de hacer una absurda lista las que más he recordado. Gracias a, o mejor dicho, debido al virus y a los encierros impuestos, y a sus consecuencias imprevistas como el insomnio y la angustia, he visto más películas que cualquier otro año. El cine, más que los libros, este año ha sido el refugio y lo que me ha mantenido más o menos entero. 

Como siempre he ido viendo películas sin orden ni planes ni intenciones. Alternando lo que quería ver seguro con lo que me iba encontrando por el camino con lo que recomendaban aquellos pocos a los que sigo en cuestiones de cine. 

En ese sentido, mi agradecimiento a gente como Doctor Insermini, Bullet Park y los extraños habitantes de la Nevera de la Señora Baker por abrirme tantos, y tan buenos, caminos e hilos de los que tirar.

Sin hablar mucho más, lo más destacado de 2020. Un repaso en dos partes.

The blood of Satan's Claw, Piers Haggard, 1971


No sé si fue muy buena idea empezar el 2020 viendo una cinta de horror rural satánico, pero quién iba a saber lo que vendría. Lo único que sé es que aquella noche vi una cinta perversa donde la única forma que tienen los jóvenes de librarse del hipócrita y vacío mundo de los adultos es el Mal encarnado. El culto al dolor y a la mutilación visto como algo hermoso, sensual y liberador.

La nuit americaine, François Truffaut, 1973


Cada vez que la veo la amo más. La película sobre el oficio de hacer películas con sus grandezas, miserias y sin sermonear ni creerse mejor que otro oficios. Y con todo el humor del mundo.

Los peces rojos, José Antonio Nieves Conde, 1955


Una historia negrísima sobre la mentira, la fantasía, el arte y el sueño. 
Y sale Emma Penella; el cine español no estuvo nunca a su altura.

Eloísa está debajo de un almendro, Rafael Gil, 1943


El encuentro maravilloso entre Jardiel Poncela, James Whale y Rebeca fue esta obra maestra de Rafael Gil. ¿Sabéis cuando de repente aparece una película de forma inesperada se convierte en una de las fundamentales para explicarte? Pues eso.

Decoy, Jack Bernhard, 1946


Es un noir extraño que tiene de todo; desde revividos a fugas imposibles a mad doctors a búsquedas del tesoro y a una de las malas más malas que se han visto en una pantalla de cine y con el estilo suficiente para cambiarse de zapatos antes de salir a matar.

The Towering Inferno, John Guillermin, 1974


La Capilla Sixtina del cine de catastrofes. Es absolutamente perfecta en todo; desde los momentos más ridículos a los sublimes. El diseño de cada habitación, objeto, vestido es maravilloso. Es la cúspide del cine catastrofista y a partir de aquí solo podía ir cuesta abajo.

The Prime of miss Jean Brodie, Ronald Neame, 1969


Una película sobre la educación, la historia, el aprendizaje y las mentiras. Maggie Smith y Pamela Franklin están de reclinatorio, vela y plegaria diaria.

Un millón en la basura, José María Forqué, 1967


Películas como ésta o como Plácido (Luis García Berlanga , 1961) o Fulano y Mengano (Joaquín Luis Romero Marchent, 1957) daban voz a los pobres que solo aspiraban a no pasar mucho frío, comer un día carne y poder regalarles algo a sus hijos el día de reyes. El despiadado e indiferente capitalismo franquista y su maquinaria destruyen el ánimo de un pobre hombre que se encuentra un millón de pesetas y quiere (o no, depende del momento) devolverlo. José Luis López Vázquez y Julia Gutiérrez Cava están enormes. Y ya sé que decir eso es una obviedad.

Coma, Michael Crichton, 1978


Thriller médico que acaba en los terrenos de la ciencia ficción y el terror tecnológico. Deberíamos hablar bastante más del Crichton cineasta.

Bad Ronald, Buzz Kulik, 1974


Tiene una idea hermosamente bizarra e inquietante y un desarrollo maravilloso. Una pesadilla suburbana y cercana.

Las adolescentes, Pedró Masó, 1975


Pura explotación disfrazada de cine moral en su vertiente "mira lo que hacen tus hijas adolescentes si las dejas solas". Utiliza las mismas armas que denuncia de una forma tan hipócrita que me hace mucha gracia. Su valor de retrato histórico es innegable y el momento de la confección de la revista acompañada de la canción de Mocedades es oro.

The bigamist, Ida Lupino, 1953


En 1953 Ida Lupino se marca un melodrama sobre la bigamia con elegancia, pero hablando muy claro. Todos están muy bien, pero Edmond O'Brien haciendo de gilipollas pusilanime, más.

Les liasons dangereuses, Roger Vadim, 1960


En Roger Vadim había un muy buen cineasta y esta versión de la novela de Chordelos de Laclos es una muestra. Es decadente, divertida, triste, erótica y perversa. Que gran parte de las carrera de Vadim sean perezosas películas que parecen hechas exclusivamente para mostrar al mundo a las mujeres con las que está liado no nos haga olvidar todo lo bueno que tiene su carrera.

Killer Klowns from Outer Space, Stephen Chiodo, 1988


Y vinieron unos payasos del espacio y nos enseñaron qué era la belleza.

Dans la maison, François Ozon, 2012


Me gusta mucho el cine de François Ozon, pero he visto muy poco del cine de François Ozon. Y no sé muy bien por qué. Dans la maison es perversa, irónica, cruel y gusta de inquietar al espectador con todas esas posibilidades sobre la verdad, la invención y la literatura. Como nos dijo un profesor en la universidad, no hay que fiarse nunca de ningún poeta (o escritor, o director, o dramaturgo, o...) porque son todos unos mentirosos.

El esqueleto de la señora Morales, Rogelio A. González, 1960


Negrísima comedia donde se disecciona el matrimonio, la hipocresía religiosa y cuerpos animales y humanos. Lo de Arturo de Cordova y Amparo Rivelles es de otro universo. De lo que más me ha gustado este año.

Los atracadores, Rovira Beleta, 1962


Al crimen y el asesinato por el aburrimiento y el hastío de una juventud a la que nada ni nadie le puede ofrecer alternativas o futuro.

Condenados a vivir, Joaquím L. Romero Marchent, 1972


Cuando acabas de ver esta película necesitas una ducha urgente. La podredumbre física y moral de unos personajes repugnantes. La codicia, el oro, la venganza sin sentido. El guion es perfecto. Y lo que tuvo que ser este rodaje en el Pirieno aragonés merecería otra película.

Memorias del subdesarrollo, Tomás Gutiérrez Alea, 1968


Fue la película del confinamiento y es la película del año. De repente te topas con un título que te sacude y mueve y te transforma. Las andanzas de este burgués desclasado por la Habana revolucionaria que no está ni a favor ni en contra y solo discurre por las calles sin saber qué hacer, despreciando el pasado y sin entender ni querer participar en el presente. Un personaje en eterna pausa. Y una película liberríma en lo formal, un collage de texturas, géneros y tonos. Inmensa, infinita e inabarcable y muy difícil de explicar.

Mad detective, Johnnie To y Wai Ka-Fai, 2007


El cine que hacen en Hong Kong y en Corea nos lleva siglos de ventaja. Y lo que hace Johnnie To no lo llegará a hacer el cine occidental si no se desprende de tantas tonterías. Mad detective es bizarra, extraña, diferente y terriblemente triste.

Chacal, Fred Zinemann, 1973


Exhaustiva, pormenorizada, agotadora, fascinante. Es un verdadero placer ver trabajar a profesionales a un lado y a otro del fusil.

Vivan los novios, Luis García Berlanga, 1970


Película menor y fallida, dicen. Ojalá entonces más cine menor y fallido como éste. Obra maestra inmensa en su negritud y crueldad. El despiece inmisericorde la sociedad tardofranquista y el absoluto patetismo del personaje de José Luis López Vázquez; un pobre tipo que descubre demasiado tarde que otro tipo de vida es posible. La hermana oscuro y amarga de Tres sombreros de copa de Miguel Mihura, otra historia de otro pobre tipo que no quiere la vida que le toca vivir.

Byzamtium, Neil Jordan, 2012


Que mezcle sin rubor ni vergüenza la intención artística con el pulp desfasado (¡una espada mágica!) se lleva todos mis aplausos.

Supernatural, Victor Halperin, 1933


Y en 1933 una historia de trasmigración de almas, dobles malvados, revividos, Carole Lombard, doctores chiflados y posesiones extracorporales nos vino a enseñar también qué es la belleza.

Of unknow origin, George Pan Costamos, 1983


Se habla en varios sitios con mucha condescendencia de esta película, pero a mí me dejó maravillado y me confirmó que Pan Costamos era un tipo que sabía mucho de cine; solo hay que ver la composición de casi cada uno de los planos de esta sátira despiadada sobre el capitalismo yuppie. El desmoronamiento físico y moral de su protagonista sirve para ver los pies de barro de esa cultura de admiración que en los ochenta se produjo hacia los tipos con traje en edificios de cristal.

The edge of seventeen, Kelly Fremon, 2016


Una comedia dramática que toca temas como la depresión adolescente o el poder enajenador del primer amor sin cargar tintas, sin ser tremendista y mantener un tono en apariencia ligero. Los diálogos son admirables y Hailee Steinfeld está maravillosa como esa egoísta, narcisista, cruel y, a la vez, tierna y absolutamente perdida adolescente. El cine juvenil de institutos es algo más que una animadora tonta y un friki en eterno estado de calentura.

Garde a vue, Claude Miller, 1981


Impresionante mano a mano entre Lino Ventura y Michel Serrault en un largo y extenuante interrogatorio. ¿De verdad necesitamos más motivos para ver la película? Pues encima sale Romy Schneider.

Conte du printemps, Eric Rohmer, 1990


Rohmer tiene mejores películas, pero a este cuento le tengo mucho cariño por ser la primera película que vi del director y porque me hace muchísima gracia ver a estos burgueses con ínfulas intelectuales hablar mucho de absolutamente todo, pero ni acercarse a decir algo importante. Y que tanta verborrea sobre los sentimientos solo provoque confusión sentimental me gusta todavía más.

Lil Quinquin, Bruno Dumont, 2016


Soy un pésimo espectador de series de televisión. Si una me gusta puedo tardar entre dos y diez años en acabarla porque veo más de cinco capítulos seguidos y me aburre ver siempre las mismas caras y los mismos problemas. Veo muy pocas series y si una tiene más de diez capítulos seguramente no la acabaré de ver nunca. Una de las excepciones ha sido esta Lil Quinquin; una maravilla extrañísima y arisca rodada con actores no profesionales y que tiene la escena más divertida del año. El momento de la misa es sencillamente uno de los mejores momentos que he visto este año y el único que me ha provocado carcajadas. Solo por esos minutos y eso dos curas valen la pena estos cuatro episodios.

Don Camilo, Julian Duvivier, 1952


La comedia costumbrista italiana me es muy cercana. Y las peleas entre Don Camilo y Pepone las tengo en muy alta estima. El tono amable, los estallidos de violencia, lo cabroncete que es ese Cristo que habla con el cura, los secundarios...

Supense, Lois Weber, 1913


Un vagabundo entre en una casa y amenaza a una mujer y su bebé. Todo el cine de suspense y sus soluciones técnicas para logarlo ya está aquí; montaje frenético, picados, pantalla partida... el cine mudo es ese terreno debo explorar más y mejor.

CONTINUARÁ...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lo más destacado, que no necesariamente lo mejor, de 2022

La noche del terror ciego, Amando de Ossorio, 1972

Cine de animadoras. Parte II de unas cuantas