Lo mejor de 2019 (Parte II)

Schok waves, Ken Wiederhorn, 1977


Una primera media hora absurda, filtros amarillos porque sí, zombis nazis y Peter Cushing diciendo "no deberían estar aquí".

The venetian affaire, Jerry Thorpe, 1967


A primera vista parece un exploit más de James Bond. Una vez vista, se acerca más a la sordidez y tristeza de los espías de Le Carré que a la sofisticación de Fleming. Muy entretenido, con alguna idea visual interesante, sale Elke Sommer y siempre es bonito ver persecuciones en Venecia.

Carnival of souls, Herk Harvey, 1962


Si no existiera esta película, el cine actual de fantástico y de terror sería otro totalmente distinto.
Y ahora la veo en todas partes.

Una vela para el diablo, Eugenio Martín, 1973


Joya oculta del cine español que opta por un terror puramente hispano basado en la crónica negra y el asesinato por calentón. De esa época en la que en España se hacía cine de género con orgullo.

El capitán Calzoncillos, David Soren, 2017


Es divertida. Opta por el humor absurdo y la aventura total. No hay moralina ni mensaje ni subtexto deprimente para que los adultos al final lloren ante el miedo de sus hijos. Pura diversión con colores preciosos.

Et mourir du plaisir, Roger Vadim, 1960


Lo mejor que he hecho este año en cine ha sido hacerme un ciclo con algunas de las adaptaciones de Carmilla de Sheridan Le Fanu. He visto películas preciosas que de otro modo no habría visto. La versión de Vadim es de las que más me ha gustado y es una de las películas más bonitas de este año. La decadencia, la sensualidad, el uso del scope, la ambigüedad y elegancia... Ya lo he dicho en varios sitios, pero cada vez estoy más convencido que Vadim necesita un redescubrimiento.

Brigada criminal, Ignacio F. Iquino, 1950


Excelente ejemplo del tipo de cine policíaco que se empezó a hacer en España en los años 50 y como a golpe de oficio transciende su condición de vehículo de propaganda sobre las bondades de la policía. Excelente clímax final.

La hora incógnita, Mariano Ozores, 1963


El fracaso de esta película hizo que Mariano Ozores abandonara cualquier pretensión artística para su carrera y se lanzara a los brazos de la comercialidad más banal y de la progresiva dejadez y vulgaridad técnica. Y es una pena, porque se perdió un director que podría haber sido muy bueno. La hora incógnita es una buena película de ciencia ficción algo lastrada por su moralina cristiana, pero con un gran empaque visual y narrativo. Y sale un enorme Jose Luiz Ozores adueñándose de cada plano.

La novia ensangrentada, Vicente Aranda, 1972


Pieza mayor del fantástico español. Admite lecturas contradictorias y válidas. Es muy bonita en su composición y las obsesiones eróticas de su director no lastra la narrativa (como sí sucedió al final de la obra de Aranda). Violenta, explícita, incómoda, arriesgada.

Homicidal, William Castle, 1961


Todo lo que pueda decir de esta película es poco; su visionado es una experiencia divertidísima, desprejuiciada y juguetona. Amamos a William Castle por muchas cosas, y Homicidal es un buen ejemplo de muchas de ellas.

A hierro muere, Manuel Mur Oti, 1962


Mur Oti es uno de los grandes nombres del cine español y que más debería rescatarse. A hierro muere es una pieza muy interesante de género negro con un argumento que no habría desmerecido estar en manos de Fritz Lang. Como hacer buen cine negro con las limitaciones que imponía la censura franquista a base de ingenio. Y qué potencia visual que tenía Mur Oti, pardiez.

Le Orme, Luigi Bazzoni, 1975


Parece un giallo, pero no lo es. Como parece un melodrama, aunque no lo sea exactamente. En verdad es una cinta de terror sobre la paranoia y la perdida de la identidad. O quizá no lo es y es una película de ciencia ficción con radicales elipsis. ¿O es la historia de una mujer que no quiere recordar que mató? Sea como sea, cada plano de esta película es fascinante y que sea tan esquiva consigue que lo sea más.

The tenant, Roman Polanski, 1976


Para mí es una comedia.
Pero eso no quita que sea terrorífica.

Dolemite is my name, Craig Brewer, 2019


Hay un momento en la película donde el personaje de Eddie Murphy se pregunta qué demonios tiene de graciosa la Primera plana que perpetó Billy Wilder si no tiene ni explosiones, ni chicas ni kung fu. Solo por ese momento, Dolemite is my name tiene mi amor y defensa eternas. Además es muy divertida y se palpa y huele el amor por ese tipo de cine que no tiene cabida en los libros de gente sería que asiente en las filmotecas.

3 women, Robert Altman, 1977


Es extraña, esquiva y difícil y por eso me encanta.
Es dramática y dura a la vez que muy divertida.
Y es realismo duro, pero a la vez pertenece al mundo de los sueños.
Lo de Shelley Duvall y Sisy Spacek es de otro mundo.

Greta, Neil Jordan, 2018


En un momento en el que parece que las películas tienen la obligación de ser obras maestras o de forma inmediata se convierten en putas mierdas, una película pequeña y entretenida como Greta es un descanso. Quiere, y es, divertida y entretenida con una historia sencilla y buenas actrices encabezadas por una Isabelle Huppert devorándolo todo con una facilidad pasmosa. Tiene mucho de comedia negra y un tono bastante coñón. Y que no haya un guapo por medio son puntos a favor.

7 uomini d'oro, Marco Vicario, 1965


¡Qué bien me lo pasé con 7 uomini d'oro!
Un argumento reducido a la mínima expresión (un robo, una huida), un color pop precioso, planes imposibles y milimétricos, ladrones profesionales de verdad, Rossana Podestà con pelucones y estilismos improbables, sale Manuel Zarzo y mucha, mucha, mucha diversión.

Expreso de Andalucía, Francesc Rovira i Beleta, 1956


Excelente muestra del policíaco que se hacía con penas y sufrimientos en la España de los cincuenta. Muy influenciada por el neorrealismo y sin desmerecer a piezas de la serie B americana (al verla pensaba mucho en Lewis, por ejemplo) es un intenso thriller de atracos sencillos que acaban derivando en una espiral de violencia y embrutecimiento moral. El retrato de la cara B de las calles de Madrid con sus pobres diablos y chiquillos fumando colillas, el Rastro, la tristeza de unos años oscuros... Inmenso Jorge Mistral como el tipo que una vez fue alguien y quiere volver a serlo y aspirar a más.

***

Ha habido más (Ingrid goes to west, The vampire lovers, The night of the demon, De espaldas a la puerta, Alucarda, Star Trek VI, Joker, etc.), más películas que me han gustado, interesado, divertido, irritado, pero con las que he puesto hay suficiente. De algunas ya he hablado en otras entradas, otras se quedarán en el tintero. También iba a hablar de algunas decepciones (The Irishman a la cabeza), pero luego pienso que para qué. Mejor me quedo con lo bueno y no con lo que me aburrió horrores.

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