L'assassin habite au 21 (El asesino vive en el 21), H.G. Clouzot, 1942


Hay un asesino suelto por las calles de París y la única pista que tiene la policía es que vive en una pensión. Hasta allí va un detective de policía disfrazado de párroco. Y pasan cosas.

Una suerte de hombre delgado en las oscuras y neblinosas calles de París.

Una comedia de misterio con unos divertidísimos Pierre Fresnay y Suzy Delair como detectives. El guión es una delicia, los diálogos son frescos, la trama es ingeniosa y Clozuot demuestra un brío narrativo y sabiduría visual que me alimenta, divierte y fascina más que el noventa por ciento del cine actual.





Y la novela, ¿qué?


La novela es una simpática novela de enigma bastante clásica con una buena resolución, pero menos interesante en su desarrollo y personajes que la película. En su adaptación se cambia, pervierte, transforma y despoja a la novela de todo aquello que no es necesario, no es divertido o hay una forma más cinematográfica e interesante de explicarlo convirtiéndose en uno de esos frecuentes casos, más de lo que les gusta pensar a muchos, en los que la película es mucho mejor que la novela. Momentos como el hombre en la farola o los personajes que habitan en la pensión son más impactantes e interesantes en la película de Clozout.

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