Condenados a vivir, Joaquín L. Romero Marchent, 1972

Condenados a vivir , Joaquín L. Romero Marchent, 1972 Cuando terminé de ver Condenados a vivir necesitaba una ducha. Durante una hora y media había estado inmerso en la podredumbre humana, en un relato oscuro, nihilista, pesimista e inmisericorde rodeado de ejemplos abyectos de miseria moral y donde las acciones estaban guiadas por el odio, la venganza, el revanchismo e infringir dolor por dolor. El único personaje positivo de la película sufre vejaciones y es atormentado por ser inocente. Claro, todo eso me encantó. Un sargento del ejercito acompañado de su hija custodia una cuerda de reos por medio de un paisaje agreste y extremo (rodados los exteriores en el Pirineo aragonés y tuvo que ser un infierno rodar con nieve, frío y presupuesto que se adivina irrisorio). Van encadenados unos a otros y uno de esos reos mató a la esposa del sargento, pero no se sabe quién. Argumento mínimo. Un guión exquisitamente escrito con un par de giros de aplaudir. Unos actores perefectos (¡...